
El viernes, a las 18.00h, los papás nos llevaron a la Diagonal. Así, pudimos cargar con nuestras mochilas el gran autocar que nos llevaría hasta Montblanc. Una vez dentro, con el micrófono del autocar, contamos chistes e hicimos diversas “entrevistas”. Llegados a Montblanc nos sorprendió una fuerte lluvia y, por ello, no pudimos montar las tiendas. Así, cogimos el material y las mochilas y lo entramos todo dentro del colegio. Antes de que Akela se diera cuenta de que se empezaba a hacer tarde, jugamos a diferentes juegos toda la manada. Mas tarde, Akela dijo que cogiéramos nuestra cena, nos sentamos todas juntas y bendecimos. ¡Todas las lobatas estaban esperando el gran momento: abrir las patatas y las cosas para compartir!
Después de cenar, comprobamos que estábamos la gran mayoría de manadas dentro del claustro cubierto del colegio. A cada manada se le había asignado un pasillo y Akela nos comunicó cuál sería el nuestro. Además, las Viejas Lobas nos dijeron el orden en el que dormiríamos esa noche: dormiríamos todas en batería en ese pasillo. Cada una se preparó la esterilla y el saco y lo dejamos listo para ir a dormir.
A esa hora empezó a hacer mucho frío, así que, antes de continuar con la velada, todas cogimos automáticamente nuestro abrigo. Después de la velada cantamos la canción de: “Buenas noches lobatas id a dormir y a descansar, descansar, descansaaaar…”. ¡Nos gusta mucho! Antes de ponernos a dormir nos pusimos los pijamas y pasamos por los baños. Ya dentro de los sacos, se escuchaban algunas voces de las lobatas hablando con las vecinas y entonces Akela entonces empezó a cantar... ¡Qué agradable! Como Akela canta súper bien, hasta requetebién, muchas de nosotras nos dormimos ya en la primera o segunda canción.
El sábado nos saludó nueve horas después. Nos volvió a levantar Akela cantando otra canción para despertarnos. Akela, como de costumbre, nos dejó 10 minutos para cambiarnos y empezamos con nuestras danzas matutinas. Antes de desayunar fuimos todos juntos a Misa. Como por la mañana ya no llovía, después pudimos desayunar fuera del claustro, en el patio del colegio. Nosotras, las lobatas, desayunamos un bocadillo de nutela, leche, cola-cao y cereales. Después de desayunar empezamos El Consejo de la Roca. Allí hablamos de la gran sequía que acechó a la selva. En el rio Waigunga se veía la Peña de la paz y eso significaba que había muy poca agua en la zona. Por ello, Hathi decretaba la Tregua del Agua: todos los animales que vivían en la selva podían ir a beber al río sin temor de ser cazados, pues desde ese día se prohibía cazar en las orillas del rio. Mowgli que había escuchado a Chill propagando la noticia había ido a ver a Bagheera. Bagheera le dijo que estaba orgulloso de él porque no solo había escuchado, sino que había puesto toda su atención para entender y comprender la magnitud de la nueva noticia. Entre todas sacamos el propósito de escuchar con más atención: cuando un VL hablara todas, menos ella en concreto, estaríamos 10 segundos con la mano de la promesa alzada (las que no tuvieran la promesa lo harían con la mano izquierda).
Al acabar empezamos la Gran Caza: Hace muchos años, antes de que Mowgli llegara a la selva, los hombres de la ciudad de Khanhiwara hicieron un pacto, y decidieron vivir en paz con la naturaleza, en ese pacto, escondieron por toda la selva, las instrucciones de construcción de todas las armas con las que se defendían y hacían daño a los animales de la selva. Pero ahora, hay otros hombres que no son tan buenos, y han comenzado a revolucionar al pueblo, quieren encontrar esas instrucciones y volver a construir armas para dominar la selva. Mowgli que se ha enterado de la noticia necesitaba ayuda para recuperarlas antes que los hombres y así poder destruirlas.
Así, formamos equipos con los demás lobatos y lobatas. Durante ese día fuimos a buscar a distintos animales de la selva que estaban situados por Montblanc para que nos dieran las instrucciones que tenían guardadas desde hacía mucho tiempo. Antes de darnos los pergaminos, los animales de la selva nos retaban a diferentes pruebas. Así, si las superábamos, confiarían en nosotros y nos entregarían los pergaminos.
A medio día volvimos al colegio para comer y después… ¡oooootra vez en marcha! Al acabar, nos reunimos todos juntos en la plaza de Montblanc donde hicimos un Gran Clamor (el grito de alegría de la manada) para celebrar la victoria de las manadas. Allí mismo, cada grupo hizo entrega a Hathi de los pergaminos para que los quemara en la velada. Más tarde, volvimos de nuevo todos juntos al colegio.
Al llegar de la Gran Caza la seiseneras y subseiseneras se reunieron con Akela para el Consejo de Akela. Mientras, Baloo estaba cocinando y Kaa y las demás lobatas jugaban en el patio. Llegó la hora de cenar y nos sirvieron sopa y frankfurt. Al acabar, nos pusimos nuestro abrigo para la velada que nos prepararon los Viejos Lobos de todas las manadas. En acabar la velada cantamos la canción la noche. Nos cambiamos, nos pusimos en los sacos y Akela nos cantó otra maravillosa canción. Nos dormimos rápidamente.
A la mañana siguiente Akela nos cantó para despertarnos. Así, nos cambiamos y empezamos con la gimnasia matutina, que esta vez fue dando cuatro vueltas al claustro, estiramientos y una danza. Desayunamos y tuvimos el Consejo de la Roca. Al acabar nos preparamos rápido para ir a la Misa a Montblanc. Después de la Misa, nos hicimos varias fotos, realizamos una formación conjunta y nos hicieron entrega de una cinta del Khaniwhara que ahora luce nuestro tótem. Al acabar, cantamos la canción de despedida y regresamos al colegio para comer. Esta vez tocó ensalada de arroz. Por último, antes de despedirnos de Montblanc rehicimos las mochilas y subimos todo al autobús. Ya en marcha, en el autobús, los Viejos Lobos hicieron entrevistas hasta llegar a Santa María de Remei. Al llegar al Remei, la manada realizamos nuestra última formación donde dimos especialidades a Iris, Alexia y Juliette: ¡enhorabuena! Justo después de la formación los papás vinieron a recogernos.
Blanca de la Barre – Lobata ESMR

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